Aguas con tu celular

Los teléfonos celulares con cada vez más parte de nuestra vida diaria... y ahora resulta que también de nuestro propio cuerpo, al lograr sensibilizar otras partes del mismo y modificar nuestro mapa sensorial.

Fenómeno que podría afectar a unos 60 millones de mexicanos, pues de acuerdo con la Comisión Federal de Telecomunicaciones, a junio pasado 58.6% de la población del país tenía un móvil.

Recientes investigaciones de las universidades de Stanford y Nueva York, y de la Escuela Profesional de Psicología de California, dan cuenta de esta situación al que han llamado vibranxiety, ringxiety o fauxcellarm.

Los dos primeros, palabras compuestas por ring (onomatopeya del sonido que produce un teléfono al sonar) o vibration (vibración) más anxiety (ansiedad). Algo así como ansiedad del ring o de la vibración. Mientras que el tercero, fauxcellarm (falso miembro-celular), hace referencia al término médico síndrome del miembro falso o fantasma, toda vez que se presenta cuando se siente la vibración del teléfono móvil, pero éste no está vibrando o ni siquiera se tiene el dispositivo consigo, situación semejante a la que padece una persona a la que le ha sido amputado un miembro, según dichas investigaciones realizadas en Estados Unidos.

Aunque para Manuel González, académico de la Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), este hecho no es similar al síndrome del miembro fantasma, porque éste se presenta por el mecanismo de la plasticidad cerebral.

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